Hace muy poco tuve una velada muy particular. Viernes totalmente agotador, después de un desvelón de jueves, trabajo arduo, insatisfacción incesante y tantos accionadores concómicos que no tenía ganas de hacer nada.
Sin embargo, mi padre, a quien no había visto en cerca de un mes, me pidió encarecidamente llegara a festejar un cumpleaños...no el suyo, sino el cumpleaños del suegro de mi hermana, es decir, su consuegro (al menos ese creo que es el término de linaje).
El festejado cumplió 52 años, 2 menos que mi padre. Empezaron como siempre las discurrencias divergentes respecto al enfoque de libertad que teníamos hoy los jóvenes y los que solían tener ellos en sus años mozos.
Después de horas de conversaciones, opiniones e imposiciones, se llegó a un acuerdo:
- Mi hermana (nuera del festejado) ese una imperativa
- Mi cuñado (esposo de mi hermana) es un gran hombre....mientras no se duerma
- Mi papá por fin se sintió querido por mí cuando le contamos sobre aquel post de "hace 21 años"
- Rosa es enaltecida por mi padre por ser la estabilidad de su hijo (o sea yo)
Al final, entre brindis, abrazos, fotos inintelegibles y palabras fuertes y amorosas, terminamos convencidos que sin importar la brecha generacional, lo que permanece es el fuerte lazo que se forja con las personas.
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1 comentario:
PUES SI QUE ME TIENE EN MUY ALTA ESTIMA TU PADRE Y YO A EL, Y ASU BAILE...
JAJA
Y SI, ES BUENO CUANDO EN UNA VELADA POR DEMAS ECLECTICA EN PRIMERA INSTACIA, DESAPARECEN CUALQUIER BRECHA...GENERACIONAL CULTIRAL IDEOLOGICA...
ETC.
BUEN VIERNES...
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