...fue la última vez que viajé en compañía de mi padre. Con escasos 4 años hicimos nuestra visita anual al hermoso y hoy descuidado puerto de Acapulco. Un año antes, en 1986 tuvimos un accidente que casi nos costó la vida. Sin embargo, hoy se agradece que aquella situación no fuera factible, de modo que hoy tenga la posibilidad y el privilegio de vivir.
Aquel viaje en 1987 se ha borrado completamente de mi mente, de la misma forma que se borró la separación de mis padres y el profundo dolor que pudo haber causado. Han pasado 21 años, en los cuales mi padre estuvo presente "a secas", no hubo regaños, sobresaltos, castigos pero tampoco risas, consejos, juegos y enseñanzas.
De manera afortunada, un hombre recto y amoroso llegó a la vida de mi madre, y por consiguiente, a la mía. Aquel hombre hizo las veces de mi padre y llenó ese hueco que naturalmente se formó con la separación de mi progenitor.
Apenas hace unos días que, después de 21 años (reitero), viajé con mi padre, mi madre, mi hermana, mi cuñado y emiliano (él si tiene nombre). Fue un viaje en extremo placentero, no sólo por el clima tan bondadoso que nos otorgó el cielo, sino porque experimenté una sensación de bienestar conocida, pero olvidada.
Y después de vivir este momento, se ha decretado no olvidar esta sensación que alimenta, que nutre, que vibra. Gracias pa por recordarme que aún sigues cerca.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentario:
wow very Bruce Willis of you. Que chistoso que uno se venga a enterar de estos sentimientos tuyos por un blog y jamás en persona (God bless the Int).
Publicar un comentario